domingo, 21 de febrero de 2010

Lo recuerdo en parte

El agua caía sobre la ventana de colectivo deformando las luces de las calles , dándole alguna que otra forma a su parecer, formando miles de movimientos, no solo de luces sino también de esos pensamientos inquietos que van y vienen y que por un “chorro de agua” de influencia cambian su forma. Esa noche iba en el “18b” y tenía mucho de que pensar, tantas cosas llenaban mi mente con pensamientos que ni la lluvia mas torrencial podía haber despejando ni mucho menos haber limpiado. Podía ver desde ahí arriba las calles totalmente cubiertas por ríos de agua que bajaban totalmente hacía el colectivo, cubría todo, cubría de vereda a vereda pero el colectivo las sobrellevaba bien, seguía su marcha de siempre y su rumbo rutinario. No veo porque tendría que haberme importado esas aguas si el colectivo no podría ser volteado ni mucho menos parado por alguna corriente de agua por más fuerte que sea, pero algo me preocupaba y no tenía absolutamente nada que ver con la lluvia.
Todo iba bien excepto que yo no sabia exactamente a donde iba, ni quien era, tampoco quien había sido yo en realidad había perdido la memoria momentáneamente y es “el problema madre” del cual salían todos mis pensamientos inquietos, eso era lo único que me preocupaba. Ese día Llevaba puesto un vaquero jean común una remera azul y una chaqueta marrón. Y lo primero que se me vino a la mente luego fue de ver si poseía algún tipo de documentación que me identificara y me diga quien era en ese entonces, de donde venia, en donde vivía, a quien o a que pertenecía (aunque esas dos ultimas preguntas no las iba a saber, ya que eso esta implícito en los documentos porque eso solamente lo sabe la misma persona). Y todo giraba en torno a eso, mientras observaba a los pasajeros los cuales iban también en el mismo colectivo en el que yo iba.
Había un tipo grande calcularía unos 60 años o más encima, el estaba sentado con un sombrero negro y un sobretodo gris. Parecía estar muy tranquilo su sonrisa expresaba tal tranquilidad y sus canas lo confirmaban era alguien que había llegado a viejo y sentía paz en su vida, y quizá también en su propio corazón una paz que yo en ese momento anhelaba tanto, pero tanto que podría haber llegado a dar mas de 80 vueltas al mundo para poder conseguirla si fuera posible, de repente quedo dormido tranquilamente con la cabeza gacha apoyada en el vidrio. Ahora mire al asiento que tenia de frente había una joven rubia con grandes auriculares en sus orejas, era bastante atractiva y olía agradable, parecía estar yendo a alguna cita o algún encuentro entre amigos, era tan bonita que podría decirse que podía que tener a cualquier hombre a sus pies si ella lo quisiera así. Pero tenía también seguridad en su mirada y paz en ella, cosa que también poseía el anciano, lo cual también envidiaba
Quería paz! Anhelaba tanto esa paz en mi interior, que podría haber matado por ella, una paz que inunde mi corazón, una paz que me diga que no hay fronteras para considerarla, que va más allá y no vuelve mas al problema, que me puede decir quien soy, quien fui y a quien pertenezco en mi plena existencia, una paz que con solo escribirla no sea suficiente. Eso era lo que necesitaba y yo no lo tenía, solo la tenían esas dos personas que iban en el colectivo conmigo, y yo solamente tenia una vacio gigante equivalente al tamaño de un cráter del tamaño de la luna. Yo me preguntaba ¿Qué me falta llegar a poseer dicha paz?
Busque en toda mis otras pertenencias, pues, además tenia una mochila conmigo, era azul y negra, típica mochila de persona de 28 por lo visto. Pero no encontré nada relevante, nada de eso me decía algo más de mí, solo era ropa de abrigo negra de lana que llevaba conmigo por si llegaba tarde, pude deducir. Pero ¿a donde iba? ¿Iba a encontrarme con alguien? ¿Iba a buscar algo a la casa de alguien? ¿Iba a simplemente a visitar alguien? Tal vez a mi novia, si es que tenia una en ese momento. La verdad que no lo sabía.

Tenia muchísima hambre, también pero no se comparaba a mis multitudes de cuestiones que rondaban en mis pensamientos, no era tan relevante, pero si me dolía muchísimo el estomago a causa de eso pensé.

Solo recuerdo haber escuchando un sonido ensordecedor, muy extravagante, mis oídos no podían soportarlo y todo se volvió blanco de repente había quedado la nada pura, todo era blanco, no se pudo ver ninguna sombra que de testigo de que había algo ahí. Sentía dolores, pero eran bastante soportables. Sentía curiosidad por saber que era ese lugar y de cómo se origino, sentía que estaba frente algo magnánimo, algo supremo, aunque no entendía bien que era eso exactamente ese lugar. Pero me llenaba, y me decía quien era, porque me había hecho y me conocía tan bien que dio sentido a mi dirigir y a mi sentir, era la respuesta para tal vacio y pérdida de memoria

De eso no recuerdo mas nada, la verdad que no se quien fui anteriormente solo se quien soy hoy por hoy, y tal suceso solo fue un recuerdo de algo que tuvo que ocurrir para que este hablando en este momento con el hombre más maravilloso que la humanidad pudo alguna vez conocer, el que da color al blanco y negro, el que dirige mis pasos y aprendo día a día quien soy yo, con Dios.