Libro mío
Libro en cualquier tiempo y en cualquier hora,
bueno y amigo para mi corazón,
fuerte, poderoso compañero.
Tú me has enseñado la inmensa belleza
fuerte, poderoso compañero.
Tú me has enseñado la inmensa belleza
y el sencillo candor, la verdad terrible
y sencilla en breves cantos.
Mis mejores amigos no han sido
Mis mejores amigos no han sido
gentes de mis tiempos;
han sido los que tú me diste:
David, Rut, Job, Raquel y María.
Con los míos éstos son mis gentes,
los que rondan en mi corazón
y en mis oraciones,los que me ayudan a amar
y a bien padecer.
Aventando los tiempos vinisteis a mi,
y yo anegando las épocas soy con vosotros,
voy entre vosotros, soy vuestra como uno de los que labraron,
padecieron y vivieron vuestro tiempo y vuestra luz.
¿Cuantas veces me habéis reconfortado?
Tantas como estuve con la cara en la tierra.
¿Cuando acudí a ti en vano, libro de los hombres, único libro de los hombres?
Por David amé el canto,
merecedor de la amargura humana.
En Eclesiastés hallé mi viejo gemido
merecedor de la amargura humana.
En Eclesiastés hallé mi viejo gemido
de la vanidad de la vida,
y tan mío ha llegado a ser vuestro acento
que ya ni sé cuándo digo mi queja
y cuándo repito solamente la de vuestros varones de dolor y arrepentimiento.
Nunca me fatigaste,
como los poemas de los hombres.
Siempre eres fresco, recién conocido,
como la hierba de julio, y tu sinceridad
es la única en que no hallo cualquier dia pliego,
mancha disimulada de mentiras.
Tu desnudez asusta a los hipócritas
y tu pureza es odiosa a los libertinos.
Yo te amo todo,
desde el nardo de la parábola
hasta el adjetivo crudo de los Números.
y tan mío ha llegado a ser vuestro acento
que ya ni sé cuándo digo mi queja
y cuándo repito solamente la de vuestros varones de dolor y arrepentimiento.
Nunca me fatigaste,
como los poemas de los hombres.
Siempre eres fresco, recién conocido,
como la hierba de julio, y tu sinceridad
es la única en que no hallo cualquier dia pliego,
mancha disimulada de mentiras.
Tu desnudez asusta a los hipócritas
y tu pureza es odiosa a los libertinos.
Yo te amo todo,
desde el nardo de la parábola
hasta el adjetivo crudo de los Números.
Gabriela Mistral