La lluvia además de agua puede ser tantas cosas, puede ser poesía, puede ser música, puede ser sueños y locura, mientras mas fuerte llueve mas loco nos ponemos.
Por acá esta lloviendo, pero diganle a Geri Halliwell que llueve agua solamente y a cantaros. Silbo aserrin aserran mientras voy caminando por la Leandro Alem, en medio calle, y no se si alguien se fija pero voy por la calle porque ya no tengo nada seco, estoy mas que mojado y no tiene caso que me refugie, ya es muy tarde.
La lluvia esta empezando a caer mas y mas rápido, tanto que me preocupa estoy respirando agua en vez de oxigeno, y me ahoga, pero aun así me gusta, siento que estuviera en una persecución, al estilo Duro de Matar. Es la velocidad con la que caen las gotas lo que hace a la persona preocuparse porque la situación esta fuera de control y la hace buscar refugio.
A la luz de la noche y de las luces urbanas el agua parece levantar humo (aunque ya se que es agua salpicada), pero me gusta pensar que parece polvo blanco, polvo mágico por todos lados desde la vereda hasta el centro del bache de la calle en forma de hoyo negro.
Puedo ver que la lluvia se empieza a llevar bolsas de basura como si fuera una cinta transportadora perteneciente a un aeropuerto.
Pero yo sigo acá caminando y corriendo de a momentos, ya se mojo mi bolso de lana, voy con todo mojado, ningún resto de comida debe estar seco dentro del mismo. Por ahí veo otro roedor asomar su cabeza, mirando quizás, si ha parado de llover, pero es más que obvio que no, el solo ruido de las gotas gordas en la calle y sobre los autos, delata el clima aun para el ratón mas ciego.
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