"A veces, la vida se comporta como el viento: desordena y arrasa. Algo susurra, pero no se le entiende. A su paso todo peligra; hasta aquello que tiene raíces. Los edificios, por ejemplo. O las costumbres cotidianas.
Cuando la vida se comporta de ese modo, se nos ensucian los ojos con los que vemos. Es decir, los verdaderos ojos. A nuestro lado pasan papeles escritos con una letra que creemos reconocer. El cielo se mueve más rápido que las horas. Y lo peor es que nadie sabe si alguna vez, regresará la calma. Así ocurrió la vez que papá se fue....
...Agache la cabeza, Juanjo estaba hablando del viento, ¿sería el mismo que paso por mi vida?
- ......Porque será que cerraron las ventanas?
- ........Debe ser para que algo quede en su sitio.....Juan y yo teníamos un viento en común. Y quizá ya era tiempo de abrir las ventanas."
Nuevamente,
gracias por ayudarnos a abrir las ventanas de nuestra vida. Gracias a
todos los que estuvieron ayer todo el día en diversas maneras antes, duranete y despues del velatorio de mi padre, por
diversos medios. A los que están cerca, a los que están lejos y a los
que están a nuestro lado, personas de nuestra familia, de nuestros
trabajos, de instituciones de estudios, de nuestra iglesia local y de
nuestra amada CIEE, GRACIAS! nos hicieron sentir a mí y a mi madre
totalmente acompañados y amados. Solo puedo dar las gracias a Dios
primeramente al igual que Pablo lo hizo en 2º Corintios 1: 3-4 "Toda la
alabanza sea para Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo. Dios es
nuestro Padre misericordioso y la fuente de todo consuelo. Él nos
consuela en todas nuestras dificultades para que nosotros podamos
consolar a otros. Cuando otros pasen por dificultades, podremos
ofrecerles el mismo consuelo que Dios nos ha dado a nosotros". También
cuentan con nosotros, definitivamente su consuelo es el consuelo directo
de Dios!. Un abrazo enorme ...
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