miércoles, 2 de febrero de 2011
El Crimen Imperfecto. Pt. 3 (Final Chapter)
Debo entender que no soy Michael Scoffield, ni Bonny and Clide para planear una escape ingenioso y discreto a la vez.
Recuerdo que eran las 12.25. Me empezé a preocupar aun más, con la sola idea de que los padres de los chicos llegarían en cualquier momento. Eso significa "mas personas" y a la vez "menos posibilidades de pasar desapercibido" por la casa.
No me quedaba otra opción mas que saltar, desde de la ventana de la habitación de los padres que daba a la calle y volver a casa corriendo a pensar en frió nuevamente, pero eso también era un riesgo el saltar de tal altura al mediodía en un barrio lleno de gente, podría alertar a los vecinos y consecuentemente a la policía.
Pero no se para que pensé tanto, si al fin y al cabo termine saltando. Los resultados de la caída fueron una caída de traste muy vergonzosa y un feo raspón en el codo.
Corrí como nunca, corrí con todas mis fuerzas a casa. Afortunadamente no había nadie, ni el perro de Doña Mocha que vive en el calle. Llegue a casa sudado hasta los pies pero con evidencia, al menos en mi cabeza por el momento.
Ya en mi habitación empezé a armar el caso con las pocas pistas que tenia. Entonces así fue, El Sr Arundi la llevo a esta señorita a su casa por "asuntos privados" cuando no estaba su familia y quizá en un arranque de rabia por un motivo hasta ahora desconocido, luego termino matándola a golpes con ese "caño pesado". Finalmente dado el tamaño del cuerpo decidió cortarla en pedazos, de modo que entro en la bolsa de basura y después en el tacho. Pero ¿tan distraido estaba el Sr Arundi, como para olvidarse de sacar los zapatos y cortarle las piernas al cadáver y dejarla con sus zapatos rotos? . Eso no me cerraba todavía porque así fue como la encontré en el tacho con las piernas hacia arriba.
Con esto en mente ya tenia parte del caso armado, pero ahora para ir ante la justicia necesitaba evidencia concreta y testigos si es que los había.
Dormí con la seguridad, de que se haría justicia por una mujer inocente. Una familia iba a quedar triste, por la perdida de ella, pero iban a saber la verdad. La verdad que los hará libres, de la mentira, aunque quizá no momentaneamente del dolor.
Con esa idea en mente salí de casa esa mañana a hacer los mandados, cuando al pasar por la casa de los Arundi, vi una mujer blanca, pálida, tirada con un vestido rojo y tacones rojos . Era un maniquí de una mujer, aproximadamente 30 años.
En ese momento la estantería de ideas en mi cabeza se me vino abajo, y un balde de agua fría me cayó por la espalda. Esa era la verdad y no la mía, toda esa idea del asesinato era mentira. Sentí tanta vergüenza en ese momento. "Tantas cosas que me podría haber evitado, de solo saber esto" pensé para mis adentros. Pero vi el lado positivo, aun no había ido a la policía a hacer la denuncia con mis pocas evidencias, hubiera sido peor la vergüenza ahí.
Por la noche vi tirar varios escombros a los Arundi entre ellos ese pedazo de caño pesado, mientras la Sra. adentro discutía con su marido por no haberle contado lo del caño roto del Calefón que estaba en el sótano desde un principio, la pared justamente había sido pintada hace unos días de color rojo, según escuche. Tambíen el Sr Arundi también sintió vergüenza de su ineficiencia como plomero y lo escondió bajo su cama.
Ah! por cierto, tengo 18 años y no estudio.
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